La ventana de la Iglesia es semejante a las radiantes vidrieras de
nuestra catedral: un mosaico de colores iluminados por Cristo.
El púrpura de los
encuentros de nuestro arzobispo D. Carlos: las Falleras Mayores y Corte de Honor, de Valencia en la ofrenda realizada a nuestra
patrona, la Virgen de los Desamparados, el domingo 26, después de “la Cridà”; la Delegada del Gobierno Paula Sánchez de
León el 27 de Febrero; los sacerdotes del Cabañal, el jueves 1 de Marzo; los
jóvenes en la Basílica al día siguiente.
El azul de la
serenidad ofrecida por nuestra iglesia a los presos, mediante el POP, el Punto
de Orientación Penitenciaria, situado en el barrio de Campanar con el fin de
ayudarles en la integración familiar, social y laboral, celebrando el pasado
jueves 1 la “Jornada de Puertas Abiertas”.
También el blanco
de la inocencia de los monaguillos el último fin de semana de Febrero, quienes
contaron con “la presencia, las palabras y el cariño de D. Carlos” y de la
reflexión bíblica ofrecida desde este
pasado martes, por la Facultad de Teología de Valencia y la Biblioteca
Sacerdotal “Almudí”, mediante el “Ciclo Formativo sobre la Verbum Domini”.
Pequeños vidrios a
los que se suman infinidad de fragmentos de colores, depositados con gran
generosidad por centenares de personas durante esta semana, a través de los
cuales Cristo ilumina nuestro presente, ofreciendo esperanza en estos tiempos
de crisis.
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