El silencio es el
amigo y confidente, que nos acompaña y nos lleva a sentir en la profundidad de su callada
presencia el Misterio del Dios que ama en la cruz.
Taciturno ha
entrado en la ventana, y nos ha acompañado en las
celebraciones penitenciales; en el caminar de los cofrades y los pasos de la
Semana Santa, transformando cada pueblo en una Jerusalén; en las celebraciones
litúrgicas y piadosas, reviviendo en cada Iglesia los Lugares Santos.
De entre ellas la
Misa Crismal, ha reunido el miércoles en la S.I. Catedral, a toda la Iglesia de Valencia entorno al Sr.
Arzobispo con dos momentos importantes: la bendición de los oleos y consagración del
crisma, destinados a las parroquias; y
la renovación de las promesas sacerdotales por parte del presbiterio diocesano.
Algunos de ellos, pertenecientes al Arciprestazgo S. Francesc de Borja (Ador,
Gandía,…) se reunieron el miércoles 29 con el Arzobispo.
Y los seminaristas
les miran con la ilusión y esperanza de ser un día hermanos suyos en el
presbiterio. Ellos los días 24 y 26 han visitado el Arciprestazgo Preciosísima
Sangre (Xabia, Denia, Ondara,…), acogidos por las familias y acercando el
seminario a las parroquias y dejando un recuerdo imborrable. Uno de estos
pueblos, Benissa, ha acogido este mes la imagen peregrina de la Virgen de los
Desamparados, conmemorando así el 400 aniversario de la presencia de los
franciscanos a esta localidad.
Amor vivido por
Miguel Martínez y Maria Mollá, quienes han celebrado sus “bodas de brillante”
en la localidad de Bicorb. Y por tantos matrimonios como los Equipos de Nuestra
Señora, reunidos en el Seminario de Moncada en el Encuentro Regional celebrado
el día 25.
Y el silencio
vuelve a penetrar en la ventana, en espera de la noche y la mañana de Pascua,
cuando el estallido de los cohetes, el revoloteo de las campanas y los sones
musicales anuncien el Misterio que hoy esperamos.
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