El sol comienza a declinar sobre el horizonte, en el
silencio de mi ventana se escuchan los primeros compases de la música, las
bandas de nuestros pueblos, presencia que acompaña las procesiones, invitando
con sus marchas a los niños de Primera Comunión y a los asistentes a interiorizar
el misterio proclamadola presencia de Cristo en la ventana de la
Eucaristía.
Corazones que miran y entregan su vida en la
clausura, hombres y mujeres a quienes la Iglesia dedicó el paso domingo en la
Jornada “Pro Orantibus”, entre ellos las Oblatas de Cristo Sumo y Eterno
Sacerdote, cuya fiesta celebraron el jueves 31 y las Dominicas de Valencia,
Aragón y Cataluña, quienes reeligieron en Torrent a la valenciana María Teresa
de Jesús Gil como Madre Federal. Además se reunieron las Madres de las tres federaciones de España
allí, contando con la presencia del Maestro General de la Orden Bruno Cadoré.
Por otra parte el Ministro General de los Franciscanos José Rodriguez Carballo
se reunió con los hijos e hijas de San Francisco el sábado 26 en Gilet.
Y cerca de ellas, el mismo día, manos portadoras de
Cristo en la procesión del Corpus, más de cuatrocientos sacerdotes
reunidos en el Seminario de Moncada
entorno al Sr. Arzobispo y el Obispo Auxiliar y homenaje a los presbíteros que han celebrado este año las
bodas de oro y plata. D. Carlos Osoro se ha reunido en las dos últimas semanas
con los sacerdotes de sus respectivos arciprestazgos en la Parroquia Nuestra
Señora de la Paz de Valencia y en la Casa de Espiritualidad S. Vicente Ferrer
de Agullent.
Los niños y niñas acompañan al Señor, amor expresado
en el barrio Torrefiel de Valencia con
la acogida de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, mientras
el de Sagunto celebró a su patrono el
Cristo de la Fe el martes 29; y el pueblo de Alboraya el lunes 28 el “Miracle
dels Peixets”.
Y la procesión va a recorrer las calles de la ciudad
y pueblos, en todos ellos descubriremos a cientos de personas dejándose amar
por Cristo eucaristía, abriendo su ventana a la blanca luz que ilumina nuestra
vida.
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