El frío y el
rocío del valle acompañan la noche, empañando los cristales de mi ventana. En lo profundo de la noche cálidas voces.
Es la voz del Sr. Arzobispo dirigidas a: los alumnos
confirmados de los Colegios El Pilar y N.S. de Loreto y la Parroquia San
Jerónimo de Valencia en sus capillas y
parroquias; los miembros de la Orden de
Caballería del Santo Sepulcro y el Consejo Diocesano de Pastoral en el Palacio
Arzobispal; los voluntarios de la Casa de la Caridad, cuyas instalaciones
visitó; los sacerdotes del Arciprestazgo 14 reunidos en la Casa de las Obreras
de la Cruz de Moncada.
Una voz cercana se escucha en las palabras de afecto
de quienes le amaron, el presbítero natural de Guadassuar, D. Enrique Peris Pérez, quien falleció el 21,
tras ofrecer su vida como religioso escolapio en Panamá y Nicaragua y sacerdote
diocesano en Benissuera, Alfarrasí, Carcaixent (Cogullada y San Antonio de
Padua) y Algemesí (S. José Obrero, N.S. del Pilar y María Auxiliadora).
Voces vivas son la de las Esclavas del Sagrado
Corazón de Jesús, animadas recientemente por la Superiora General, Inmaculada
Fukasawa, quien visitó al Sr. Arzobispo y las casas de Valencia, Alaquas, Alcoi
y Benirredrá; los ecuatorianos honrando a su patrona, la Virgen de El Quinche
en la Parroquia de El Salvador y Santa Mónica el 24; los voluntarios de las
Cáritas parroquiales procedentes de las Vicarías I y II en el Colegio
Jesús-María de Valencia y de la Vicaría III en San Roque (Silla); los padres y
los niños de la Parroquia San Francisco de Asís de Oliva, cuyos pequeños,
mientras los padres asisten a la misa de 12 reciben formación religiosa en la
guardería instalada en el oratorio.
Voces premiadas por su labor en favor de los demás:
el Doctor Justo Aznar y el Artista David Robles, otorgados por el Colegio de
Médicos y las Academias pontificias de la Santa Sede.
Y miles de pequeñas voces, cual crepitar de las
llamas ofreciendo calor en el hogar de Jesús, nuestra Iglesia.
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